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Debido a la situación actual en la que nos encontramos. Hemos decidido realizar un artículo sobre las enfermedades y las medidas de saneamiento de las que disponían en el barco durante dicho viaje

(LAS IMÁGENES UTILIZADAS PUEDEN HERIR LA SENSIBILIDAD DE LOS LECTORES)

La expedición fue cuidadosamente planificada y pertrechada para un viaje tan largo e incierto, ya que se estimaba tendría una duración de al menos dos años, y aunque se conoce que también llevaban artículos sanitarios (instrumental médico y medicamentos) (sobre este punto los datos son escasos(. Lo que sí se conoce, aproximadamente, es el estado de la medicina y la farmacia a comienzos del siglo XVI; ciencias que aunque estaban a punto de despegar, todavía en ese momento se encontraban en un estado muy rudimentario. Sabemos que en la expedición iba un médico (Juan Morales, cirujano de la armada) y tres barberos, como se llamaban a los sanitarios de menor rango (Marcos de Bayas, Pedro Olavarrieta y Hernando de Bustamante) siendo Hernando el único que sobrevivió al viaje y que fue, por tanto, el primer profesional de la medicina en dar la vuelta al mundo.

Lo que sí conocemos respecto al aspecto sanitario del viaje, son las enfermedades más graves que diezmaron a las tripulaciones, hasta el punto de que de los aproximadamente 250 hombres (según las fuentes oscilan entre 243 y 265) que salieron de la escala de Tenerife, sólo llegaron de vuelta a San Lucar de Barrameda 18, aunque sobrevivieron 35, teniendo en cuenta los que fueron hechos prisioneros cuando la nave Victoria (única que completó el viaje) hizo una aguada forzosa en las Islas de Cabo Verde, en posesión del hostil reino de Portugal. La mayoría de estas muertes se produjeron por enfermedad, en especial en el terrible viaje por el Pacífico desde Chile hasta las Filipinas

ENFERMEDADES

TUBERCULOSIS

Infección producida por una bacteria (el luego llamado “Bacilo de Koch” tras su descubrimiento), que ataca a los pulmones y luego a otros órganos.

Contra estas y otras “enfermedades” (como la curación de las heridas de arma blanca o de fuego) los desgraciados navegantes de comienzos del siglo XVI tenían pocos remedios eficaces, resultando casi sorprendente que en aquellas condiciones alguno llegase a sobrevivir al viaje. Sin duda el remedio más eficaz para superar la enfermedad era no llegar a contraerla.

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SÍFILIS

Verdadero azote del siglo, agravado en las tripulaciones de barcos dada su asistencia frecuente a prostíbulos tras las largas, solitarias y penosas singladuras, una vez que llegaban a tierra.

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FIEBRE TIFOIDEA

Producida por bacterias, sobre todo la salmonela, que se desarrollaba en las aguas y alimentos corrompidos de las naves, siempre agravándose el fenómeno al navegar en aguas tropicales.

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CÓLERA

Enfermedad infecto contagiosa que afecta a los intestinos produciendo diarreas con la correspondiente deshidratación y finalmente la muerte.

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ESCORBUTO

La llamada peste del mar. Producida por la hipovitaminosis que aparecía en estos primeros viajes oceánicos y cuyos efectos terribles acaban de descubrirse y se estaba lejos de conocer su remedio (no obstante relativamente fácil de conseguir con la ingestión de productos ricos en vitamina C, como los limones).

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INSTRUMENTAL MÉDICO

En cuanto al instrumental médico que llevarían en la expedición, y dado que todavía en aquel tiempo seguía usándose como remedio para casi todo la práctica de sangrías, sin duda embarcarían las lancetas para provocarlas y que eran de varios tipos (de grano de cebada, de lengua de serpiente y de grano de avena, llamadas así según su tamaño).

 

Igualmente llevaban hierros como legras, cauterios, tenazas de cortar y sacar huesos, cuchillos de cortar carne, mondadores de oídos, agujas para dar puntos, jeringas de latón, tijeras de varios tipos, trépanos, sierras, algalias (sondas), pinzas diversas y distintos recipientes.

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